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Agencias

CDMX

El recién inaugurado foro de Citibanamex exhibe 117 obras de una colección que tan sólo en caballete supera las dos mil pinturas. Entre las piezas más importantes figuran trabajos de Frida Kahlo, Miguel Cabrera, los grandes muralistas y de viajeros, así como un biombo sobre la Conquista

La entrevista entre Moctezuma y Hernán Cortés es el primero de muchos paisajes que en el Foro Valparaíso de Citibanamex reciben al visitante. Ocurrió el 8 de noviembre de 1519 y aproximadamente en 1684 la relató en ese biombo de 10 hojas o haces el pintor mulato Juan Correa.

Víctor Flores, jefe de contenidos del Foro Valparaíso, que recientemente fue abierto al público, relata los detalles acerca de ese biombo, que por un lado cuenta la Conquista y por el otro haba de las cuatro partes del mundo que eran los continentes que entonces se conocían.

Las dos caras del biombo están en la planta baja del Foro, dispuestas una frente a la otra; los espectadores se encuentran con ellas después de acceder por la calle de Carranza. El biombo de Correa es una de las 117 obras de arte que Valparaiso expone; arriba, en 16 salas, se encuentran las otras obras de arte.

La colección de arte de Citibanamex supera las cuatro mil obras, pero sólo en caballete son más de dos mil. El énfasis de este acervo es el arte mexicano, sobre todo paisaje, creado por artistas nacidos o no en el país, pero con temas nacionales. En la exhibición que ahora se presenta aparecen sólo pinturas y éstas son sólo de artistas fallecidos; cierra la muestra una pintura de Francisco Toledo que no estaba en el guión original, pero se incluyó luego que el creador murió el 5 de septiembre; se trata de Bicicleta de los arquitectos, de 1998.

La exposición con que abrió el Foro a mediados de noviembre, en el marco del 135 aniversario del Banco, fue curada por Angélica Velázquez Guadarrama, investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. A casi dos meses de haber abierto el recinto, se superarán las 10 mil visitas.

Las mayores obras

El edificio Valparaíso se puede definir como la primera de las joyas de esta colección.

Es un inmueble barroco de arquitectura civil, obra del arquitecto Francisco Antonio Guerrero y Torres, y fue casa de los Condes de San Mateo de Valparaíso, a quienes está dedicada una de las primeras salas, con pinturas de los condes y de dos de sus hijos. Construido entre 1767 y 1772, el edificio tiene un torreón al que se llegaba por un elevador que hoy se puede ver en una de las primeras salas; posee una escalera única, de doble hélice, como no existe otra en la Ciudad de México. Tiene también dos cúpulas, característica excepcional en otros edificios de la época en la ciudad.

El biombo, que está en la planta baja, relata durante el recorrido Víctor Flores, muestra del lazo izquierdo a Moctezuma “cargado por sus vasallos y con una corona, muy a la manera de los reyes europeos, y atrás se ve el lago de Texcoco pero más bien como si fuera el Mar Rojo, con sus bergantines, entre olas, un viento fuerte, cosa que no sucedía en el lago… En medio tenemos, a los danzantes venerando a  mexicas y a españoles, y de este lado (derecho) tenemos a Hernán Cortés con sus estandartes y armaduras”.

El biombo es una pintura muy oscura, cuyos detalles no son perceptibles a simple vista. El jefe de contenidos del Foro Valparaíso comenta que la pieza se basó en gran medida en los textos de Bernal Díaz del Castillo aunque, cuestiona: “¿Habrán cruzado los soldados desde Veracruz hasta México Tenochtitlán con sus armaduras tan pesadas?”.

El investigador de la UNAM, Gustavo Curiel, escribió que el biombo fue atribuido a Correa por la especialista Elisa Vargaslugo y que data de alrededor de 1684. El investigador apuntó que aunque suele decirse que la cara principal del biombo fue la entrevista entre Moctezuma y Cortés, habría que invertir la lectura para hallar otros simbolismos que guarda la obra en general.

El biombo fue restaurado en 1979 por el equipo de Manuel Serrano Cabrera y separado en dos secciones en 1983. Sobre el tema de Cortes y Moctezuma, Curiel escribió en la revista Imágenes del IIE: “No es, pues, casual que la imagen que da inicio al mensaje de identidad en este biombo sea el Encuentro de Cortés con Moctezuma, hecho histórico del que los criollos hicieron partir su propia y diferente historia”.

“América, Europa, Asia y África”, son las cuatro partes del mundo que representa en su otra cara el biombo. Para Curiel esta otra cara es una soberbia alegoría geográfica: “Este discurso alegórico-geográfico de identidad fue ampliamente difundido en pinturas exentas y biombos que, al igual que el tema ya mencionado de la entrevista, sirvió como anillo al dedo a los intereses criollistas. Las ricas figuras y animales que encarnan los conceptos geográfico-culturales de América, Europa, Asia y África son la ecúmene universal que ha resultado después de sucedido el Encuentro de Cortés con Moctezuma.”

La pintura de Egerton, “Valle de México”, es una de las primeras que se encuentra el espectador en la planta alta del edificio. De1928,  la obra es un paisaje que contrasta con los de José María Velasco, a quien Valparaíso dedica una sala. Vale la pena detenerse a comparar ambos estilos para descubrir en Velasco la riqueza natural de México, mientras que en el trabajo de Egerton se pueden ver los detalles de la vida de las personas con los volcanes como escenario de la cotidianidad.

En la planta alta del edificio se conservaron espacios antiguos del banco, como la sala del consejo de administración. A unos pasos de ésta se encuentra una de las pinturas más antiguas y notables de la colección, una virgen de Miguel Cabrera, de 1750, que es una  de sus obras mejor conservadas.

El recorrido por las salas describe en primer lugar una serie de obras religiosas, imágenes bíblicas, y luego en el siglo XVIII -con la Ilustración- aparecen personajes políticos, sociales, culturales: ahí está por ejemplo Sor Juana, uno de los pocos retratos de ella, de Fray Miguel de Herrera, de 1732.

En las habitaciones -aunque no en todas- las altas ventanas tienen detalles de pinturas en los capialzados, donde hay paisajes que no se ha establecido si estuvieron  basados en lugares precisos, y quién los creó. Este es uno de los pendientes de estudio en la colección.

Una monja coronada del Convento de la Purísima concepción en Puebla; un arcángel, de Juan Correa; la María Magdalena, de Juan Tinoco;  obras de castas, el Parián, las cocinas de la nueva España, son escenas que se hallan a lo largo de las salas. “Eran obras para enseñarle a los peninsulares” dice de éstas últimas el guía en el recorrido.

Más adelante están los retratos del México independiente, desde la pintura de la familia Polidura, célebre porque fue el divorcio más sonado de la época, hasta la de la hacienda de San Cosme.

Luego, la exposición presenta las obras de los viajeros, que crearon representaciones de personajes de la sociedad, y la geografía de los volcanes, como el Orizaba, el de Colima y el Popocatepetl. O se puede ver otros paisajes, pero de la ciudad: Pietro Gualdi representó en dos cuadros el gran Teatro Nacional, que había construido Santa Anna, el cual fue derribado en tiempos de Porfirio Díaz; en las pinturas se puede ver el teatro adentro y afuera.

En Valparaíso están obras que por diferentes razones fueron repatriadas. Es el caso de los enconchados, las pinturas de Agustín Arrieta y los dibujos de Édouard Pingret.

Los enconchados son una serie de 12 tablas de las Alegorías del credo, de Miguel González, divididas entre el Museo Nacional del Virreinato de México y el Patrimonio Artístico del Banco Nacional de México. De José Agustín Arrieta fueron repatriadas las piezas Escena popular de mercado y Escena popular de mercado que se integraron a la colección del Banco Nacional de México en 1978.

De Édouard Pingret en 1976 se recuperaron 30 óleos sobre papel que representan tipos mexicanos, que se pueden ver en distintos espacios del foro.

Las obras del siglo XX están organizadas por salas: una de éstas es de naturalezas muertas, donde el lugar central lo ocupan tres obras de mujeres pintoras: Frida Kahlo, María Izquierdo, Eulalia Lucio; luego otra sala presenta una serie de representaciones de la mujer, con trabajos de Alfredo Ramos, Roberto Montenegro, Juan Cordero, Germán Gedovius. El recinto también dedica a una sala sobre el surrealismo en donde están presentes Juan  O’Gorman, Remedios Varo, Julio Castellanos y Leonora Carrington.

De la Escuela Mexicana de Pintura, se exponen obras maestras: “Los teules”, de José Clemente Orozco: “Vendedora de alcatraces”, de Diego Rivera; “Mujer con metate”,  de David Alfaro Siqueiros; también están en la sala Jorge González Camarena y Rufino Tamayo.

El recorrido finaliza con obras a lo largo de los pasillos, grandes pinturas de Pedro Coronel, Rodlfo Morales, Rodolfo Nieto, Germán Cueto y Francisco Toledo. Las demás salas, del Foro tienen programados talleres de emprendimiento y otras actividades.

El Foro Valparaiso –que se puede visitar de martes a domingo de 10 a 18  horas- es gratuito. Venustiano Carranza 60, Centro Histórico.

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